Samuel está muy feliz en el nuevo Santuario.
Desde que Samuel está en el nuevo terreno no para de correr, saltar y chillar de alegría. Los toros, vacas y terneros cuando juegan hacen un sonido característico, y Samuel no para de hacerlo desde que llegó.
Esta mañana los fundadores del Santuario no han podido resistir a hacerse una foto con él cuando lo han visto tan relajado descansando en medio del prado. Ellos estaban trabajando en el vallado para poder traer cuanto antes a los demás habitantes, y mientras tanto Samuel no paraba de jugar con Pedro.
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