Hace unas horas hemos llegado al Santuario desde Guadalajara con Maya, una vaca de 19 años.
Al cumplir Maya 5 años, la explotación lechera donde estaba cerró y mandaron a todas las vacas al matadero. Maya tuvo la suerte de que fue acogida por una persona que se ha hecho cargo de ella hasta ahora, pero por problemas de salud ya no puede seguir cuidándola.
Cuando era pequeña le quemaron los cuernos, por eso no tiene. Las vacas en las granjas lecheras son inseminadas artificialmente cada año para que den a luz un hijo y así que produzcan leche, porque como ocurre con todas las mamíferas, para poder dar leche primero hay que parir.
En cuanto nacen los bebés son inmediatamente separados de sus madres y encerrados en jaulas apartadas de ellas para que no se beban la leche que va a ir destinada a la venta para los humanos. Si la nacida es hembra seguirá en la granja para incorporarse al ciclo de explotación en cuanto tenga la edad suficiente, pero si el nacido es macho será enviado al matadero a los pocos días.
Hay alternativas a las leches animales como la leche de arroz, avena, quinoa, alpiste, almendra, soja, etc.
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