Juan Carlos

La noche del 22 de diciembre nos llegó el aviso de que en Sabadell unos menores, usando un alambre, estaban asfixiando a una cabra, mientras le propinaban patadas y palos. Varias personas alarmadas, les recriminaron lo que hacían y los menores salieron huyendo. Una persona contactó con nosotros para solicitarnos ayuda.

Rápidamente voluntarios del Santuario se acercaron hasta allí y trajeron la cabra al Santuario. En un principio se pensaba que era una hembra embarazada ya que tenía el abdomen muy hinchado, pero resultó que es un macho que tenía una dilatación.

En cuanto llegó a Santuario Gaia se comprobó su estado y se puso un tratamiento para la dilatación, la cual le podía provocar la muerte si no se actuaba rápido. Con el tratamiento su estado fue mejorando. Su cuerpo presenta múltiples heridas y grandes cicatrices, lo que nos hace pensar que ha recibido malos tratos continuados. También tiene uno de los cuernos rotos, y tiene tanto miedo, que cuando lo estábamos atendiendo, se quedaba paralizado. Por el momento estará unas semanas en cuarentena apartado del resto de los animales. 

2ene2015

2, enero, 2015.- Llevamos a Juan Carlos al veterinario, para hacerle unas analíticas, revisión completa y esterilizar. Le mantendremos junto a nosotros, en la casa, para poder controlar su estado, ya que no se encuentra muy bien. Ese mismo día también llevamos a Celia para hacerle unas pruebas, ya que comienza a caminar y queremos hacer ya las presentaciones con el resto de animales y a Pedro para esterilizarlo.

17, enero, 2015.- Estamos destrozados, Juan Carlos ha muerto. Volvíamos de dar las comidas a los animales y lo hemos encontrado en estado de shock y pese a nuestro esfuerzos en intentar reanimarlo en pocos minutos ha dejado de respirar. No sabíamos nada de él, ni su edad, sólo que su cuerpo tenía cicatrices lo que nos entristecía de pensar en la vida que había llevado. Cuando llegó estaba casi muerto, y conseguimos reanimarle, que su mirada cambiara que estableciera algo de contacto con nosotros pero su cuerpo no ha aguantado y nos ha dejado.

17ene2015

Nuestro único consuelo es que ha muerto en nuestros brazos, mientras le decíamos lo mucho que le queríamos.

Pequeño

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