Son 4 de los 14 bebés rescatados del infierno de Navarrete, donde murieron más de 140 animales que el dueño los dejó encerrados en una nave abandonados sin agua ni comida. Y a pesar del sufrimiento que han pasado por culpa de los humanos, en cuanto nos ven vienen corriendo a saludarnos.
Estamos muy tristes por la pérdida de Mario pero tenemos que seguir adelante. Ayer fue otro día muy duro, porque a la mayoría de las 36 ovejas y corderos que llegaron hay que medicarlos y hacerles curas, por lo que nos lleva todo el día atenderlos solo a ellos, y en el Santuario hay más trabajo aún.
Tenemos que construir nuevas instalaciones donde se puedan refugiar del frío y de la lluvia los nuevos habitantes y los que van a llegar esta semana, por lo que necesitamos muchísimos materiales para construirlos.
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