Los huevos matan

Muchos no conocéis la realidad que viven las gallinas y los grandes problemas que tienen, por eso en los Santuarios de animales es un deber el informaros.

Los pollitos nacen en incubadoras, sin conocer lo que es el calor, el cuidado y el amor de una madre. Nada más nacer son sexados, es decir, separan machos de hembras, los nacidos machos no son útiles así que son matados, en ocasiones son triturados vivos o acaban en contenedores donde mueren asfixiados por  aplastamiento, ya que caen unos encima de otros.

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Las hembras sí les son útiles para que sigan poniendo huevos. A las hembras se les corta el pico sin ningún tipo de anestesia, para que cuando sean mayores no se picoteen entre ellas, ya que van a estar encerradas en jaulas donde ni siquiera se pueden mover y eso les provoca mucho estrés. Cuando al año y medio o dos bajan su producción de huevos, son enviadas al matadero para ser reemplazadas por otras más jóvenes, y en ese camino al matadero irán hacinadas en un camión, donde por primera vez verán el sol y podrán respirar aire limpio. Morirán sin saber lo que es pisar la tierra, darse baños de sol y tierra o picotear las plantas.

Si alguna tiene la suerte de terminar su vida en un Santuario animal, su sufrimiento no termina ahí, ya que han sido seleccionadas genéticamente para que pongan un huevo cada día, unos 300 al año, cuando lo normal serían unos 30 como mucho dividido en tres puestas. Cada puesta de huevos es sufrimiento para ellas y ellas lo padecen casi a diario.

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La principal causa de mortandad de gallinas ponedoras en los Santuarios es por retención de huevos, porque acaban tan desgastadas que sus cuerpos ya no tienen fuerza ni para expulsarlos. Por eso las esterilizamos, para evitar que pongan huevos y así poder alargar su vida y una proporcionar salud. De las gallinas que aún no han sido esterilizadas y siguen poniendo huevos, los huevos cada mañana se recogen y se les dan a ellas que además les encanta comérselos, y lo hacemos por justicia, porque el huevo lo ponen ellas, sufren y mueren por ello, así que lo justo es que se los coman ellas, no los humanos. Además estos huevos les aportan nutrientes que les ayudan a recuperarse del esfuerzo que les supone la puesta. 

Desde Santuario Gaia os invitamos a dejar de consumir huevos, que no os engañen cuando dicen que son ecológicos, porque lo único que cambia es el espacio en algunas granjas y en otras el tipo de alimentación. Todas son reemplazadas cuando bajan la producción de huevos y son enviadas al matadero, y se sigue contribuyendo a la matanza de pollitos machos nada más nacer. Por eso se puede decir bien claro, que el huevo mata.

Pequeño

Por un mundo vegano