Ayer cumplió Javi 7 meses y esta es la carta que escribió Andrea Pujol, la chica que lo rescató:
«Hoy 2 de febrero de 2016 Javi cumple 7 meses. Muchos pensaréis que es un día cualquiera, un cerdo cumple un mes más, nada importante. Otros pensaréis que hay fechas más importantes para celebrar, como cuando cumpla 1 año. El caso es que estos 7 meses son muy importantes y significantes. Si no hubiera estado en ese preciso momento y en el mismo lugar donde estaba Javi, ahora hace 7 meses lo hubieran matado tirándolo al suelo con tan solo 2 días de vida, lo mismo que hicieron justo el segundo antes con su hermano. Javi hubiera muerto siendo tan solo un bebé de 2 días porqué nació con una malformación en sus extremidades anteriores que le impedía aguantarse de pie quedándose apartado del resto de sus hermanos sin poder mamar siendo así inútil para la industria cárnica.
Sin pensarlo dos veces me lo llevé a casa con una caja de cartón que no medía más que mi mano extendida. Era tan pequeño y débil… Mientras estábamos en el coche de camino a casa iba haciendo ruiditos y yo le respondía diciéndole cosas cariñosas para que viera que no estaba solo. Estoy segura que tan solo con dos días de vida él sabia perfectamente que su vida iba a cambiar rotundamente. Cuando llegamos, mi familia nos recibió con mucha emoción. Había traído un cerdito diminuto a casa!!! Nos pusimos enseguida a buscar información para que estuviera en las mejores condiciones posibles. Éramos conscientes de que Javi no estaba sano, es por eso que durante las dos semanas que vivió con nosotros me desperté cada hora durante todas las noches para darle el biberón y aprovechar esos momentos en el que él se relajaba para hacerle masajes en sus patitas delanteras deformadas. Además, nació con displasia de cadera, cosa que le obligaba a estar sentado todo el día y a no poder levantarse. En menos de una semana empezó a coger mucha fuerza y sus patitas mejoraron notablemente. Empezó a caminar primero con nuestra ayuda y cuando se sintió seguro empezó a caminar solo. Fue un gran milagro que se hubiera recuperado tan rápido, fueron sus ganas de vivir. Durante esos días lo llevamos al veterinario frecuentemente por sus patitas y por una infección que había cogido en la granja a causa de que le cortaran el rabo.
Según la Real Academia Española, un veterinario es aquella persona que se halla legalmente autorizada para ejercer la veterinaria. Y ésta, es la ciencia y la práctica que se encarga de curar las enfermedades de los animales. Pues bien, el veterinario que supuestamente debería intentar curar y salvar al animal que está enfermo independientemente de que sea un gato, un perro, un cerdo o una serpiente me miró fijamente cuando entré en la consulta con un cerdito y me dijo contundentemente: “Tienes que matarlo, estos animales son de granja y cuando sea mayor se volverá muy agresivo”. Empecé a llorar como nunca, no podía ni hablar. Podría especular sobre los argumentos de este señor (todos falsos, por cierto) pero no lo haré porque no merece el protagonismo. El protagonismo hoy es para Javi. Sin prestar atención a estas ignorantes palabras empezamos a buscar asociaciones para que Javi pudiera vivir feliz en un hábitat más adecuado para él. Afortunados fuimos cuando encontramos Santuario Gaia y nos pusimos en contacto con ellos. Les conmovió tanto la historia de Javi que no dudaron ni un momento en acogerlo.
Javi pasó dos semanas exactas con nosotros y en tan poco tiempo nos cambió la vida a todos. Me aportó mucho más él a mi que lo que yo pude ofrecerle, que fue todo lo que estaba en mis manos para que mi cerdito tuviera una vida digna y feliz. Aprendí sobre respeto, conciencia, bondad y maldad, aprendí que aunque desde pequeños nos hayan inculcado unos hábitos y unas costumbres no tenemos por qué respetarlas ni estar de acuerdo con ellas. Casi hará 6 años que cambié mis hábitos alimenticios por una dieta vegetariana y desde que Javi entró en mi vida me hice vegana. No consumo ningún producto derivado de los animales y estoy en contra de cualquier actividad que implique explotación animal. Lucho y lucharé siempre para que los animales cada día sean más respetados y que la gente cada día sea más consciente de las barbaridades que hace el ser humano. Lucharé para que las multitudes dejen de estar ciegas y empiecen a decidir por sí solas, no porque una costumbre les lleve a comer determinados manjares o llevar cierta ropa. Porque al fin y al cabo, las costumbres fueron inventadas un día por humanos y nosotros tenemos el poder de abolirlas y cambiarlas cuando queramos. Tenemos el poder de hacerlo y debemos usarlo.
Justo la noche antes del día que Coque e Ismael venían a buscar a Javi le entró un ataque. No podía respirar y se nos puso morado. Llamamos rápidamente al veterinario (el mismo de antes) y nos dijo: “Se está muriendo, dejadlo estar”. Sin dudarlo, mi madre y yo nos miramos y fuimos rápido hasta la Canis de Girona. Allí lo ingresaron y lo pusieron en una cámara de oxígeno. Le dejé sus mantitas y sus juguetes para que no se sintiera tan solo durante la noche y les di el biberón a las veterinarias de guardia para que se lo dieran durante la noche (Javi era tan golón que no podía pasar más de dos horas sin comer porqué empezaba a chillar como un loco). Nos fuimos a casa con lágrimas en los ojos y sin poder dormir bien porque Javi estaba muy enfermo. El día siguiente estábamos allí a primera hora. Nos hicieron pasar a la sala donde estaba Javi. Se oían sus gritos desde el pasillo. Se había pasado toda la noche sin comer porque no quería que le diera el biberón una persona desconocida. Cuando entré por la puerta y lo vi empecé a reír, volví a ver sus ganas de vivir en su mirada. Lo cogí en brazos y le di un beso. Le puse el biberón en la boca y se lo tragó entero durmiéndose de inmediato en mis brazos.
Estoy muy orgullosa de poder decir que hoy Javi vive enamorado de Patricia y feliz en Santuario Gaia gracias a Coque e Ismael. Sus hermanos y todos los cerdos que hoy cumplan 7 meses no tendrán la misma suerte que ha tenido él. Esta fecha es tan importante porqué es la fecha en la que millones de cerdos serán masacrados en los mataderos por su “carne”. Con tan solo 7 meses les darán un golpe en la cabeza para “aturdirlos” y les cortaran la garganta hasta que se mueran desangrados. Agonizarán, temblarán de dolor, sentirán que se ahogan pero no morirán al instante porque aún les entrará aire en los pulmones a causa de que el corte es tan profundo que hasta le han partido la tráquea. Todo esto en cadena, de manera que todos los cerdos que están en la cola verán lo que les hacen a sus compañeros y lo que les pasará a ellos en cuestiones de segundos.
Debemos gritar al mundo para que se enteren de una vez por todas que NO QUEREMOS ESTOS SANGRIENTOS Y AGONIZANTES PRODUCTOS. NO queremos más VIOLENCIA especista. NO queremos más MALTRATO. Y NO queremos más MUERTES.»
Por un mundo vegano
Comentarios cerrados.