En el Santuario no hemos descansado en el fin de semana porque aquí no hay días libres ni vacaciones, los demás animales nos necesitan y para conseguir la liberación animal hay que trabajar duro sin descanso. En los próximos días si todo sale bien van a llegar muchas vidas, vidas condenadas a terminar por un cuchillo que les corte el cuello.
Hoy comenzamos la semana con esta preciosa fotografía de Samuel, uno de los habitantes más especiales que hay en el Santuario y que siempre nos ayuda a la adaptación de todos los nuevos que vienen, incluso hace amigos de fuera del Santuario invitándolos a entrar. Vacas y terneros de la zona duermen junto a la puerta del Santuario, hasta nos rompen las vallas por querer estar dentro, y es Samuel quién los invita a pasar, seguramente porque les hace entender que aquí ni se explota ni se mata a nadie, que son tratados como a iguales.
Hay momentos muy mágicos que pasan a menudo en el Santuario, momentos que solo los que estamos aquí vivimos y es difícil explicarlo con palabras. Lo que si tenemos muy claro es que los demás animales no son inferiores a los humanos en nada, al contrario, somos los humanos los que hemos perdido la conexión que un día tuvimos con la madre naturaleza y el resto de seres que viven en este maravilloso planeta.
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