Hemos hecho un apaño a la silla de ruedas con unas bridas, y nuestra princesita Patricia se ha vuelto loca de felicidad cuando ha podido salir. Cada día es más consciente de todo, y aunque vea que tardamos colocándola en su sillita de ruedas, espera paciente, cosa extraña en los cerdos, que la paciencia es