En el Santuario las aves viven en libertad, yendo por donde quieren. Ellas mismas al atardecer se recogen solas en sus habitaciones, para poder pasar la noche más calentitas y protegidas. Es una gozada abrirles cada mañana y ver la energía con la que salen dando los buenos días. ¿Nos ayudas a seguir salvando vidas?